Sobre la ESPERANZA.
Hay personas que lo único que hacen es protestar de esto y
protestar de aquello, pero no mueven un dedo para cambiar esto y aquello. Hay
personas que tienen miedo, que no saben mirar más allá de la realidad en la que
viven inmersos, que no saben descubrir en el mundo una nueva esperanza. Hay
personas que ante el sufrimiento o el dolor, esconde la cabeza como los
avestruces; no son capaces de afrontar la realidad, o miran para otro lado
queriéndose engañar. Y están los que se dan por vencido, quieren comerse el
mundo, pero el mundo termina devorándolo; se sienten frustrados y fracasados;
son los que han perdido la esperanza.
Hace poco tiempo, volví a ver una película que me maravilló, por
su contenido y por su argumento; y se me quedó grabado unas frases del último
diálogo que tiene el protagonista con un periodista que le entrevista, dice:
"Creo que hay
personas que tienen miedo o... algo; pero las cosas pueden ser distintas. En
realidad el mundo no es exactamente una mierda. Aunque... supongo que es duro
para aquellos acostumbrados a que las cosas sean como son; aunque sean malas, y
no quieren cambiarlas, se dan por vencidos, y entonces se sienten... como
perdidos". Es de la Película
"Cadena de favores".
¡Cuántas personas andan perdidas en
la vida! Sin rumbo, sin norte. Viven por vivir, los que pueden, porque la
mayoría sobreviven como pueden. Personas que ya han acabado antes de comenzar.
Personas que han quedado al borde del camino, sin querer andar, porque la vida
les ha vencido. Personas que pierden la ilusión en la vida, y que lo buscan en
la droga o en el alcohol o en el consumo en el que andamos sumergidos. Personas que ponen su
ilusión en el consumo, en el tener y poseer. Una persona sin esperanza, es una
marioneta a merced del mundo consumista en el que vivimos. Sí porque todos los
anuncios te prometen lo invendible, te presentan una familia feliz, o una mujer
realizada o un hombre realizado. ¡En los anuncios de la tele todo es tan
perfecto! Y parece que si compra eso o aquello vas a ser más feliz. Es lo que
llaman marketing de ventas. Y resulta que la mayoría de las personas que
trabajan en eso del marketing son psicólogos, que saben por dónde entrar en las
personas, y nosotros nos dejamos embaucar.
Ante estas personas, también nos
encontramos otras llenas de esperanza y de ilusión. Personas que con su mirada
irradian luz y con sus palabras nos llenan de paz. Personas llenas de vida y de
amor. Hay gente muy positiva, capaz de mirar al mundo con esperanza y con
ilusión. Personas que afrontan la vida como vienen, pero siempre con esperanza.
Personas que sueñan con un mundo mejor, y lo intentan construir. Son luchadores
infatigables de la vida. Soñadores con los pies en la tierra.
También hay personas que lo han
dejado todo por amor a Cristo, para llevar a los hombres la fe y el amor de
Cristo, para ayudar a las personas que sufren en el cuerpo y en el alma.
Personas que entregan sus vidas en las misiones, o en los barrios marginales de
las grandes ciudades. “De la esperanza de estas personas tocadas por Cristo ha
brotado esperanza para otros que vivían en la oscuridad y sin esperanza… para
nosotros, los cristianos, su vida y su comportamiento son una prueba de que las
realidades futuras, la promesa de Cristo, no es solamente una realidad esperada
sino una verdadera presencia”. (Benedicto XVI, Spe Salvi).
Esa esperanza nos llena de vida nos hace
vivir. “Quien tiene esperanza vive de otra manera, se le ha dado una vida
nueva… Se nos ha dado la esperanza, una esperanza fiable, gracias a la cual
podemos afrontar nuestro presente: el presente aunque sea un presente fatigoso,
se puede vivir y aceptar si se lleva hacia una meta y si esta meta es tan
grande que justifique el esfuerzo del camino”. (Benedicto XVI, Spe Salvi).
Con razón decía Nietzsche: “dame un
por qué para vivir y yo te daré un cómo”.
Hemos llenado nuestras esperanzas de cosas materiales, y el corazón
humano es mucho más. El corazón humano necesita amor para crecer y está abierto
al infinito; no se puede saciar con cosas materiales. El corazón humano
necesita un futuro cierto y fiable; no puede terminar todo esto en el vacío, en
la nada. Entonces, ¿para qué tanto trabajar y luchar en la vida? Yo no espero
que me toque la lotería, ni espero tener una gran casa con piscina, ni espero
tener lo mejor en tecnología. Yo espero que haya trabajo para todos espero que no haya jóvenes en la droga,
espero una vida mejor, un mundo mejor. Y esa esperanza es la que me mantiene en
pie, es la que me da fuerzas para levantarme cada mañana, a construir un mundo
más justo, más humano, más lleno de ternura y solidaridad.
Podemos preguntarnos: ¿Cuáles son las
metas en mi vida? ¿Hacia dónde camino? Porque si las metas son pequeñas,
efímeras, a lo mejor no justifica el esfuerzo del presente. “Los cristianos no
caminamos hacia un futuro vacío. No conocemos los pormenores de lo que nos
espera por vivir, pero sabemos que nuestras vidas, en conjunto, no acaban en el
vacío. Sólo cuando el fututo es cierto como realidad positiva, se hace
llevadero el presente. Por eso, la Buena Noticia del evangelio no es solo un
hecho informativo de algo que ocurrió, sino "performativo". La Buena
Noticia, cambia nuestras vidas, nuestros comportamientos, y nuestra forma de
afrontar el presente. La puerta oscura del tiempo, del fututo, ha sido abierta
de par en par. Quien tiene esperanza vive de otra manera; se le ha dado una
vida nueva”. (Benedicto XVI, Spe Salvi).
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